Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado tras la II Cumbre Internacional del Vino es la necesidad de recuperar el consumo interno de vino en España.

Actualmente, en España se consumen un poco menos de 20 litros por habitante y año, muy lejos de países como Francia (47,7 litros), Portugal (42,5 litros) o Italia (37,1 litros). De hecho, España ocupa el decimonoveno lugar del ranking mundial de consumo de vino, por debajo de países Dinamarca, Holanda, Brasil, Rusia, Japón o Canadá. Los expertos señalan además que el mercado del vino en España está actualmente en una tendencia denominada “Vuelta a la Madriguera”. Es decir, el español está consumiendo más vino en el hogar que en restauración.

Para reactivar el consumo interno se apunta a la necesidad de romper la imagen de producto elitista y fomentar el conocimiento mutuo entre restaurador y consumidor. Es importante comunicar bien la importancia del vino en la gastronomía, y unirlo a la repercusión y prestigio de la cocina española.

Otro aspecto que señalan los expertos como posible motor del consumo de vino es apostar por el enoturismo y unir el concepto de beber vino al de vivir experiencia medioambiental, gastronómica y cultural. No se trata sólo de beber vino, sino de visitar la zona de producción de ese vino, conocer la gastronomía de los alrededores, las peculiaridades físicas del terreno y el entorno en el que se desarrolla el viñedo o la cultura local. Por eso es tan importante que un vino trasmita los valores propios de la zona donde se elabora.

En Dehesa del Carrizal, a todo esto lo llamamos estar “En Armonía con la Tierra”.