Seguro que en alguna ocasión habés oído a alguien quejarse, ya sea por exceso o por defecto, de la cantidad que hay en su copa, pero ¿hasta dónde hay que llenarla y por qué?
En este magnífico ritual que supone disfrutar de un buen vino, cada paso es importante. Hoy te hablamos de una acción en cuya relevancia quizá no has reparado, pero que es interesante tener en cuenta. Y es que, ¿cuál es la cantidad idónea que se ha de servir en una copa de vino?
Como en otras ocasiones es importante pensar en qué tipo de vino vamos a degustar: espumoso, tinto, rosado, blanco… Por ello, teniendo en cuenta la variedad de vinos de Dehesa del Carrizal en este post os vamos a hablar de hasta dónde servir una copa de vino tinto y blanco.
En primer lugar, centrándonos en el vino tinto, hemos diferenciar entre vinos jóvenes y crianzas o reservas. A la hora de servir los primeros, podemos extendernos hasta –aproximadamente- la mitad de la copa para disfrutar de sus matices. En el caso de vinos crianza o reserva, como ya os contamos, es recomendable que se aireen ya que han experimentado un largo periodo de tiempo en la botella. Por ello, es mejor servir aproximadamente un tercio de la copa. Podremos agitarlo sin riesgo de que se derrame, consiguiendo que esté en mayor medida en contacto con el oxígeno y se puedan apreciar todos sus aromas.
Por otra parte, cuando vamos a disfrutar una botella de vino blanco es recomendable que la copa se llene hasta la mitad. Generalmente no necesita del proceso de aireación de los vinos tintos de crianza y así podremos conservarla en su perfecta temperatura.
Como siempre os indicamos, ahora que ya conocéis las recomendaciones ¡solo queda que disfrutéis de vuestros vinos favoritos!
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