¿Sabes las diferencias entre estas dos acciones?
Como ya os hemos contado en nuestro blog, el proceso de oxigenación es muy beneficioso para algunos vinos, ya que consigue descubrir todas sus cualidades olfativas y gustativas. Dentro de este proceso, una de las opciones que tenemos para conseguirlo es decantar el vino, ya que al pasar el vino de la botella a un decantador este está en contacto con el oxígeno. Pero, además, la forma de este accesorio permite que el vino se airee al dejarlo reposando en el mismo.
Pero, ¿es lo mismo oxigenar y decantar un vino? La respuesta es no.
En primer lugar, cabe destacar la diferencia principal, que es el objetivo que se busca al llevar a cabo estas dos acciones. Al oxigenar un vino lo que conseguimos es que este se airee entrando en contacto con el oxígeno y revelando características y matices que han podido quedar ocultos tras un tiempo largo en botella. Por su parte, cuando decantamos un vino lo que pretendemos es que los posos que este contiene se queden en el fondo del decantador y no pasen a copa cuando lo sirvamos.
Además, existen otras diferencias entre estos procesos, como es el tiempo que requiere cada uno de ellos. Mientras que en decantar un vino tardaremos unos pocos minutos, la oxigenación puede llevar incluso más de una hora, hasta lograr que el vino esté completamente aireado.
Por ello, cabe resumir que aunque al pasar un vino a un decantador conseguimos oxigenarlo al entrar este en contacto con el aire, ambos procesos no tienen las mismas funciones. Tanto es así, que el proceso de oxigenación se puede realizar con diferentes accesorios tales como jarras o los propios aireadores.
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