Darles un buen cuidado a la hora de limpiarlos puede prolongar la vida útil y el perfecto estado de estos enseres
Si eres de los que disfruta degustando un buen vino, seguro que cuentas con las copas adecuadas y con algunos utensilios más como decantadores, aireadores, cavas para conservarlos. Para prolongar su vida útil es importante saber cómo limpiarlos y conservarlos tras darles uso para disfrutar nuestro vino. Por ello hoy os damos algunos consejos a tener en cuenta para una correcta limpieza de estos accesorios.
Así, empezaremos hablando de dos de los que pueden presentar una mayor dificultad o delicadeza: las copas y los decantadores.
Comenzando con las copas, es importante lavarlas con agua tibia en lugar de caliente de hecho, es mucho más recomendable, aunque pueda resultar más tedioso, no lavarlas en el lavavajillas. En caso de que sea inevitable, habría que bajar la temperatura del agua. Por lo que respecta al detergente, si es posible se debería evitar o utilizar uno neutro, sin fragancias.
Además, el utensilio que utilicemos para el lavado ha de ser suave, no metálico o excesivamente rugoso, ya que podría rayar el vidrio. Como truco, para esterilizarla y eliminar manchas más difíciles puedes utilizar vinagre blanco, o bien introduciendo la copa en este producto o frotándolo con un paño suave. Tras el lavado, el secado también es un paso importante. Has de usar un paño limpio y suave, que no deje restos de hilos o tela, e introducirlo en la copa evitando que tus dedos toquen el exterior para evitar huellas o manchas.
Otro utensilio de vidrio que puede presentar problemas a la hora de su lavado, secado y conservación puede ser el decantador. Su peculiar forma hace que, debido a su largo cuello, pueda ser difícil acceder a los restos de vino que puedan quedar en su base. De nuevo, como en el caso de las copas, recurriremos al agua tibia y a los productos neutros, sin utilizar el lavavajillas.
En el caso del decantador, es muy importante que la limpieza se lleve a cabo en cuanto se finalice su uso para que los restos no se hagan resistentes. En caso de que con agua y detergente las manchas que pueda haber no desaparezcan, podemos recurrir de nuevo al vinagre o incluso a un poquito de lejía. Para secarlo, lo más conveniente es dejarlo boca abajo sobre un paño limpio.
Siendo cuidadosos y siguiendo estos pequeños consejos podremos conservar durante más tiempo en un perfecto estado nuestros utensilios, sin rayones, manchas o desperfectos.
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