Las primeras cepas habitan Dehesa del Carrizal desde 1987. A este Cabernet Sauvignon se fueron uniendo después Syrah, Merlot, Tempranillo, Chardonnay y Petit Verdot.
Inspiradas por suelos pedregosos y subsuelos ácidos, las cepas producen unas uvas singulares con un largo proceso de maduración.
A veces, la vendimia se alarga hasta noviembre.
El viñedo, orientado al noroeste y protegido por la ladera de clima seco mediterráneo, alberga cepas seleccionadas y conducidas en espaldera.
El cuidadoso emparrado –que realizamos en dos fases– permite circular mejor entre las filas y sobre todo favorece la exposición de los racimos al sol, que hará posible una óptima maduración.
Cada uva espera pacientemente su maduración.
Crece en una cepa seleccionada hasta que llega la vendimia.
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