A día de hoy existe una normativa por la cual no se permite que el nombre de un vino contenga la palabra ‘pago’ si no se trata de un vino de pago como tal. Estos vinos comparten una serie de características que los hace únicos, entre los que la variedad de los mismos, juega un papel fundamental.
Tal y como se recoge en la Ley 24/2003 de la Viña y del Vino, “se entiende por "pago" el paraje o sitio rural con características edáficas y de microclima propias que lo diferencian y distinguen de otros de su entorno, conocido con un nombre vinculado de forma tradicional y notoria al cultivo de los viñedos de los que se obtienen vinos con rasgos y cualidades singulares y cuya extensión máxima será limitada reglamentariamente por la Administración competente, de acuerdo con las características propias de cada comunidad autónoma y no podrá ser igual ni superior a la de ninguno de los términos municipales en cuyo territorio o territorios, si fueren más de uno, se ubique.”
Asimismo, siguiendo con el Boletín Oficial del Estado, para que un vino sea de pago tiene que cumplir con los siguientes requisitos:
Una forma básica de reconocer si un vino es de pago o no, es fijándonos en la etiqueta del mismo, ya que ahí deberá poner ‘Vino de Pago’. Aunque esta forma de saber si estamos ante un vino de pago es muy efectiva, quizás se debería de saber que solo unos pocos vinos en España cuentan con ese honor. Un total de 17 viñedos son los que pueden denominarse ‘Vinos de Pago’.
Dehesa del Carrizal es uno de ellos, y estamos tremendamente orgullosos de cada uno de nuestros vinos. Si quieres conocer un poco más acerca de nuestra bodega, ¡no dudes en consultarnos!
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