Con la vendimia concluida, comentamos con vosotros en nuestro blog las conclusiones de este año 2017.
Hace unos días en Dehesa del Carrizal poníamos punto y final a uno de los procesos más importantes en la elaboración del vino: la vendimia. Este año podríamos definir el proceso como atípico y especial y es que esta, debido a la climatología que hemos experimentado en nuestro pago, ha sido la vendimia más temprana en la historia de la bodega. Así, el ciclo vegetativo ya se adelantó unos 15 días, debido a una falta de agua en el suelo por un invierno poco lluvioso y una primavera calurosa.
Estas altas temperaturas también afectaron a la floración, pero las lluvias y la bajada del termómetro en algunas noches de agosto permitieron ralentizar y alagar la maduración de la uva consiguiendo así mejor calidad.
La vendimia este año comenzó el 14 de agosto con la variedad Chardonnay y se desarrolló durante aproximadamente mes y medio, hasta el 29 de septiembre, finalizando con la recogida de la Cabernet Sauvignon.
La uva recogida este año nos permite pronosticar una añada de vinos Dehesa del Carrizal de gran calidad. De esta cosecha obtendremos vinos equilibrados, potentes pero a la vez elegantes, vinos que aguantarán y adquirirán nuevos matices en el tiempo.
Una vez concluida la vendimia, quisimos celebrarlo con lo que ya es una tradición en Dehesa del Carrizal: la cena de la vendimia. Un genial encuentro con las 40 personas que han trabajado tanto en la recolección de la uva como en su selección y en las tareas de fermentación. En esta ocasión, como habéis podido ver en nuestras redes sociales, degustamos una rica caldereta de venado ¡Un magnífico colofón para una cosecha atípica por las temperaturas pero de gran calidad!
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