Cada época del año las bodegas suelen realizar un proceso o bien en sus instalaciones o bien en los propios vinos. Hoy os hablamos en nuestro blog de uno de estos últimos: el trasiego. En los meses de febrero y marzo en Dehesa del Carrizal lo llevamos a cabo por primera vez en el año y, por ello, queremos contaros en qué consiste.

Empezaremos diciendo que no solo realizamos el trasiego en esta ocasión. A lo largo del año, esta operación se suele llevar a cabo hasta tres veces con el objetivo de eliminar todos los sedimentos presentes en el vino.

Y es que el trasiego es el trasvase del vino de un recipiente (barrica, depósito…) a otro para separar cualquier materia sólida en suspensión que esté presente en el fondo de los depósitos. Estos sedimentos se originan de manera natural tras la propia fermentación de los vinos, pero es recomendable que no permanezcan durante mucho tiempo en contacto con el vino.

Además, con el trasiego también se airea el vino, aportándole así el oxígeno necesario para su maduración.

El número de trasiegos, así como su frecuencia depende del tipo de vino, así como de las barricas en las que se tenga depositado.