Hay diferentes factores que influyen en los tonos que presenta a simple vista un vino tinto, ¿sabes cuáles son?
Si pensamos en el color de una copa de vino tinto, probablemente nos venga a la mente, de manera general, un color granate oscuro. Sin embargo, si nos paramos a pensar en sus detalles y buscamos más tonos, recordaremos las notas violáceas, rojizas, incluso cobrizas… que podemos encontrar cuando miramos con atención una copa de vino tinto.
Pero, ¿sabéis de qué depende la presencia de estos tonos? En definitiva, ¿qué factores influyen en el color del vino tinto? Obviamente, el tipo de uva y su color será el primer factor a tener en cuenta cuando pensamos en el color final del vino, pero además, hay una serie de factores que influyen en el mismo.
En primer lugar, cabe destacar que los responsables últimos del color del vino tinto son los polifenoles (compuestos de los que ya os hablamos previamente en nuestro blog). En este sentido, dentro de los polifenoles encontramos los antocianos, que están presentes en la pulpa y la piel de la uva y que son los “encargados” de dar el color al vino.
Sin embargo, el color del vino no solo se debe a los polifenoles. La oxidación del vino, debida al periodo de crianza es un proceso que también influye mucho en los tonos del mismo. En este sentido, la oxigenación aportará tonos más vivos, mientras que se perderá intensidad con un proceso mayor en tiempo de crianza, logrando colores marrones o anaranjados.
Además, hay otros factores que influyen en el color del vino tinto como son la climatología de la zona donde se encuentran los viñedos, la luz solar que reciben los mismos o los cambios de temperatura.
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