Durante los meses de octubre y noviembre tiene lugar en Dehesa del Carrizal una de las operaciones que conforman la labor de suelo. Este proceso resulta fundamental para la salud de nuestros viñedos y, por ello, hoy os hablamos de él en nuestro blog.

En primer lugar, es importante destacar que la labor de suelo no consiste solamente, como erróneamente se podría pensar, en mover la tierra de los viñedos. La labor de suelo comprende un conjunto de operaciones mecánicas que tienen como objetivo mejorar el suelo y facilitar una buena nutrición de la vid. Dentro de estas operaciones encontramos:

• La labor mecánica para airear el suelo, que tiene lugar en primavera y otoño y que, por tanto, es el que estamos llevando a cabo en la actualidad.
• El trabajo mecánico por debajo de las plantas para eliminar hierbas indeseables, que tiene lugar en primavera
• La siembra de cereales o leguminosas que se desarrolla en invierno, antes de que llegue el frío pero cuando el terreno ya ha adquirido humedad.

Tras la vendimia se lleva a cabo una labor superficial con un cultivador y, posteriormente, se siembran diferentes cereales (mezcla de trigo, avena y triticale) con el objetivo de descompactar el suelo y/o leguminosas, que son capaces de captar el nitrógeno del aire para fijarlo en el suelo. En este último sentido encontramos, por ejemplo, el uso de guisante para aportar nitrógeno al suelo. La cobertura vegetal creada para la siembra se deja hasta mayo del año siguiente y luego se corta y se entierra pasando el cultivador.

Además del relacionado con la climatología, otro de los motivos por los que este proceso se lleva a cabo en los meses de octubre y noviembre está relacionado con el abono orgánico que se utiliza. Y es que según la necesidad se echa a la tierra un abono orgánico de fondo antes de sembrar y es importante que ese proceso se lleve a cabo antes del invierno para que la lluvia y el frío vayan disolviendo el abono dentro de la tierra.

El objetivo principal de la labor de suelo es mejorar la estructura del suelo en su conjunto para lograr así aportar un entorno favorable a las raíces y mejorar la nutrición de la plantas. Y es que, como la mayoría de las plantas, la vid se nutre por las raíces y con este trabajo conseguimos generar condiciones óptimas para que los elementos nutritivos del suelo (agua, nitrógeno, carbono, potasio,..) lleguen bien a las raíces para el buen desarrollo de la planta.

En Dehesa del Carrizal realizamos a la vez la labor de suelo en todo el viñedo, aunque en función de la parcela y la variedad tratada puede variar el tipo de siembra y el aporte o no de abono orgánico.