La correcta colocación de los tallos permitirá una ventilación adecuada y una buena exposición al sol de los racimos
La llegada del calor estival coincide con el crecimiento de los tallos en nuestro viñedo. Junio es una época en la que la mayoría de las tareas en la finca están relacionadas con el crecimiento y manejo de la canopia.
Nuestro sistema de conducción de las plantas en espaldera exige realizar una serie de intervenciones sobre la vegetación para optimizar el crecimiento y la eficiencia del follaje. La clave es una correcta colocación de los tallos, buscando que queden rectos para lo que nos ayudamos de un sistema de alambres que fijan la planta y otorgan la máxima verticalidad a cada tallo. Es un trabajo manual que requiere de experiencia pues de esta tarea dependerá en buena medida que el estado de salud del viñedo sea el óptimo.
El objetivo es colocar los tallos de manera que se asegure una correcta ventilación y exposición de los racimos al sol. La ventilación adecuada es fundamental para reducir la presencia de enfermedades criptogámicas, mientras que la exposición a la luz solar implicará una maduración idónea al fruto.
La canopia se va manejando hasta que los tallos alcanzan una longitud suficiente, de entre 1,30 y 1,50 metros. En ese momento, se corta la punta para conservar siempre un equilibrio adecuado entre la superficie foliar y la producción de uva. Este equilibrio entre hoja y producción de fruto es importante porque garantizará que la uva (tinta en este caso), produzca más aromas y más taninos.
Como siempre, todos los trabajos realizados en el campo tienen un objetivo fundamental: lograr una excelente uva, con un punto de maduración exacto. Por eso son tan importantes todos los procesos que se realizar en el viñedo. Un vino excelente sólo es posible con una uva excelente... y para obtener frutos excelentes se precisan muchos meses de cuidadoso trabajo.
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