El objetivo del trasiego es evitar una excesiva oxigenación y garantizar la correcta limpieza del vino
Una de nuestras máximas es que para elaborar un vino excelente se necesita obtener un fruto excelente. Sin una uva de gran calidad es prácticamente imposible lograr un vino de primer nivel. Por eso el trabajo en el campo, a lo largo de todas las estaciones del año, es tan importante. Cada tarea realizada en el viñedo es básica para que el fruto obtenido sea de la máxima calidad. Pero ese trabajo en el campo necesita complementarse con un trabajo en bodega igualmente importante.
Una de las tareas fundamentales en bodega es el trasiego. Durante el mes de julio, en la bodega de Dehesa del Carrizal se trabaja intensamente en este sentido. Se trata de un momento muy importante en el proceso de elaboración del vino: de la calidad con la que se efectúe esta labor dependerá en gran medida el éxito de la crianza en barrica.
El trasiego es, básicamente, trasvasar el vino de una barrica a otra. El objetivo fundamental es separar con precisión el vino claro de las partículas pesadas depositadas durante el tiempo de decantación en barrica y obtener un vino ‘limpio’.
El trasiego se puede hacer mediante el uso de bombas automáticas o por gravedad. En Dehesa del Carrizal, a la hora de elaborar vinos varietales (Syrah, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot) o en nuestro Colección Privada, realizamos todo el proceso mediante gravedad, sin utilizar bombas automáticas para trasladar el vino de una barrica a otra ya que de este modo se garantiza la correcta separación del vino de las impurezas y, por consiguiente, una limpieza perfecta.
El proceso del trasiego es periódico. En Dehesa del Carrizal se suele realizar los dos primeros trasiegos con tres meses de intervalo desde el principio de la crianza, alargando este periodo a los cuatro meses en los sucesivos trasiegos.
Durante todo el proceso del trasiego el vino se va oxigenando ligeramente, lo que contribuye a su evolución aromática y gustativa. El vino adquiere una mayor complejidad y los taninos se suavizan. El aporte de oxígeno es importante pero ha de ser medido y limitado: un exceso de oxigenación podría crear fenómenos
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