España ocupa el sexto lugar en el ranking de países importadores en el mercado norteamericano
Estados Unidos es ya el primer consumidor de vino del mundo y ocupa igualmente la primera posición como primer importador. A lo largo de 2013, los estadounidenses consumieron 29,1 millones de hectolitros de vino, superando a países como Francia (28,1 millones de hectolitros), Italia (20,3 millones de hectolitros) o Alemania (20,3 millones de hectolitros). Como importador, Estados Unidos compró vino por valor de 3.946 millones de euros, según datos de la Organización de la Viña y el Vino.
El mercado norteamericano se ha convertido en el más deseado por los países productores, y nuestro país no es una excepción. En 2013, nuestros vinos ocuparon la sexta posición en el ranking de importaciones de Estados Unidos. Italia, Australia, Chile, Francia y Argentina, por este orden, se situaron por delante de España en la lista de países importadores de vino en el mercado USA.
‘El mercado del vino en Estados Unidos’, informe elaborado por el Icex y publicado en noviembre de 2013, indica que el consumo de vino importado supone el 23,5% del total consumido en Estados Unidos, con especial importancia en la ciudad de Nueva York, donde ese porcentaje se acerca al 40%. Dehesa del Carrizal comercializa sus vinos a través del importador The Spanish Acquisition, ubicado precisamente en Nueva York.
Según datos del Icex, en 2012 las exportaciones españolas de vino a EE UU alcanzaron un total de 9,3 millones de cajas. La categoría de vino español más exportada al país fue el tinto, con 3,2 millones de cajas. El Icex considera que la opción más recomendable para el exportador español es dirigirse a los segmentos de vino de precio superior a los siete dólares. Entre los profesionales del sector en Estados Unidos, los vinos españoles son percibidos como vinos de calidad, aunque consumidor medio estadounidense todavía considera que el vino francés, italiano y californiano supera en calidad al español. Uno de los retos para los próximos años será, por tanto, convencer al consumidor medio norteamericano de que el vino español puede competir en calidad con sus referentes franceses, italianos o californianos.
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