De posible campo militar a entorno elegido para reintroducir el lince ibérico
El Parque Nacional de Cabañeros cumple 20 años. Dos décadas de especial protección de un entorno privilegiado, refugio de grandes rapaces como el águila imperial así como del buitre negro, la cigüeña negra y mamíferos como el ciervo, el corzo o el jabalí. Dos décadas de trabajo intenso en pro de la conservación de una flora y fauna peculiar y variada, y en donde muy pronto podría volver a reintroducirse el lince ibérico.
La historia de este parque nacional es célebre porque estuvo a punto de convertirse en un campo de tiro militar. A finales de los años ochenta, el Ministerio de Defensa adquirió la finca, en pleno corazón de los Montes de Toledo y de 16.000 hectáreas de superficie, con la idea inicial de instalar en la zona un campo de tiro. Esta situación que generó un importante movimiento ciudadano que pedía parar el proyecto.
Vecinos y organizaciones ecologistas consiguieron su objetivo y en 1988, la Junta de Castila-La Mancha declaraba la finca de Cabañeros como parque natural. Ya en los noventa, el 28 de abril de 1995, la Cortes aprobaron un proyecto por el cual la finca de Cabañeros, y parte de su entorno, con una extensión superior a las 40.000 hectáreas, se declaraba Parque Nacional.
La finca Dehesa del Carrizal se encuentra situada en el entorno de parque nacional y se identifica plenamente con los valores que transmite. Nos apasiona nuestra tierra y apostamos por cuidar la naturaleza y por una enología responsable con el medio ambiente y la tradición de los Montes de Toledo. Para nosotros, igual que para todos los vecinos que conforman la comerca, pertenecer a este entorno supone un compromiso con el parque y su conservación, además de una enorme satisfacción al poder contribuir a la difusión del nombre del Parque Nacional de Cabañeros allí donde llegan nuestros vinos.
Para saber más sobre el Parque Nacional de Cabañeros: VisitaCabañeros.es
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