A la hora de catar un vino es posible que confundas estos dos conceptos que hoy te explicamos en nuestro blog.
Dentro de la cata de vinos, la fase olfativa tiene una gran relevancia, pues nos permite ampliar nuestra percepción de los matices del vino que estamos conociendo. En esta fase además, podemos distinguir dos conceptos importantes y que, por su estrecha relación, se pueden confundir: el aroma y el bouquet. Por ello, hoy en nuestro blog os hablamos de las diferencias que caracterizan cada de uno de ellos, para que podáis diferenciarlos en vuestras próximas catas.
En primer lugar, hablemos de los aromas. Conviene recordar, para comprender la diferencia entre aroma y bouquet, la clasificación que debemos hacer de los aromas en la cata del vino. En este sentido, encontramos los aromas primarios, que resultan varietales, ya que proceden de la propia uva utilizada en la elaboración del vino. Principalmente, por tanto, son frutales, herbáceos, florales, vegetales…
Tras ellos, los aromas secundarios son aquellos que se generan en el proceso correspondiente a la pre-fermentación y la fermentación del vino. Pueden verse influidos por las levaduras, el tipo de madera, los azúcares…
Hasta estos aromas secundarios nos referimos a los aromas propiamente dichos del vino. Es a la hora de referirnos a los terciarios cuando aparece el bouquet. El conjunto de aromas terciarios, o bouquet, es el que se desarrolla en el proceso de post-fermentación, cuando el vino ‘envejece’ en barrica, barril o botella. Por ello, es bastante más habitual encontrarlo en vinos maduros que en aquellos jóvenes.
Los matices que aporta el bouquet pueden ir evolucionando durante años y su resultado suele ser complejo, apreciándose en él diferentes aromas entremezclados. El equilibrio y el intenso aroma que conforman el bouquet son dos de las características que más agrada percibir a la hora de catar un vino.
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