Hoy en nuestro blog os hablamos de este proceso que aporta matices a algunos vinos.
Como ya hemos contado con anterioridad, afirmar que todos los vinos mejoran con el paso del tiempo no es correcto. Sin embargo, algunos de ellos sí lo hacen y es en la crianza en botella donde acaban de revelar sus matices. Hoy en Dehesa del Carrizal os hablamos de esta evolución y lo que aporta en el resultado final de los vinos.
Podemos afirmar que con su crianza en botella, el vino gana en complejidad y elegancia, cambiando tanto sus aromas como, incluso en algunas ocasiones, su color. En este sentido, los vinos tintos ganaran en tonos terrosos.
En botella, además, el vino suaviza sus aromas frutales y pierde acidez y aspereza, dando paso a un bouquet más complejo, que redondea su degustación.
Cabe destacar que para una correcta crianza en botella, esta ha de mantenerse en posición horizontal y bien cerrada con su corcho. Además, ha de evitarse la incidencia directa de la luz y, en la medida de lo posible, el paso del oxígeno.
Siempre conociendo de antemano si el vino que vamos a degustar admite y se ve beneficiado por la crianza en botella, esta nos ayudará a disfrutarlo cargado de matices y en su punto óptimo de consumo.
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