Para poder ayudarte a saber si un vino está oxidado, es importante que sepas qué es exactamente la oxidación del vino. Su proceso comienza cuando el propio oxígeno entra en contacto y se disuelve con el vino y esto hace que algunas sustancias como los polifenoles reaccionen.
Cabe destacar que no siempre las oxigenaciones son perjudiciales para el vino en cuestión, ya que por ejemplo, en la crianza se produce una oxidación más lenta que puede ser buena. Esta oxidación de la que hablamos puede ser una derivación de las manipulaciones que se llevan a cabo dentro de la bodega. También se da cuando la botella está mal conservada o, por ejemplo, con la falta de humedad, la temperatura o una conservación poco adecuada. Es por todo esto por lo que es fundamental extremar el cuidado y las precauciones.
Ahora bien, sabiendo todo lo que puede derivar en un vino oxidado, ¿cómo podemos detectarlo? En los vinos blancos, por ejemplo, su color se oscurece, mientras que en los tintos se pueden percibir tonos que tienden a los marrones. Asimismo, en cuanto al gusto podremos notar sabores más secos y ásperos, incluso amargos.
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