En nuestro blog ya os hemos hablado de algunos de los beneficios para la salud del vino tinto. Realmente, estos son los más populares y, por ello, oímos hablar en numerosas ocasiones de todo lo que una buena copa de vino tinto puede aportarnos.
El vino blanco es el gran desconocido en este sentido, pero más por falta de información que por escasez de beneficios. Cuenta con unas propiedades nutricionales diferentes al tinto, pero también muy interesantes para sus consumidores. Por ello, hoy os vamos a dar algunos de los motivos saludables para beber vino blanco:
- Sus propiedades antioxidantes. El vino blanco es rico en antioxidantes, lo que nos ayuda a, por ejemplo, incrementar el nivel de colesterol ‘bueno’ en la sangre, mantener nuestra piel y nuestras células jóvenes o reforzar nuestro sistema inmunológico.
- Es rico en minerales y bajo en calorías. Teniendo en cuenta su contenido nutricional, el vino blanco nos aporta minerales como potasio, flúor o fósforo. Además, es una de las bebidas alcohólicas que cuenta con menos calorías.
- Ayuda a reducir el estrés. El vino blanco es positivo también en este ámbito, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad. Lo consigue principalmente relajando los músculos y mejorando el sistema respiratorio.
- Previene enfermedades cardiovasculares. Igual que sucede con el vino tinto, el blanco ayuda a prevenir este tipo de enfermedades.
- Contrarresta el sedentarismo. El vino blanco ayuda a no notar tanto los efectos de una vida sedentaria en nuestro cuerpo. Así, es beneficioso para mantener unos huesos fuertes y evitar que nuestra masa muscular disminuya.
Ahora que ya conoces todas sus propiedades, ¿estás deseando probar un delicioso vino blanco? ¡Prueba nuestro Chardonnay!